Esta casa situada en un tranquilo pueblo cerca de Tirana ofrece un alojamiento acogedor a 23 km de la Plaza Skanderbeg y a 25 km del teleférico Dajti Ekspres. La antigua residencia de Enver Hoxha se encuentra a solo 22 km, mientras que el aeropuerto internacional Madre Teresa está a 35 km.
Las habitaciones, diseñadas para no fumadores, incluyen opciones familiares con entrada privada y vistas agradables. Los suelos son de madera o parquet, aportando calidez al ambiente. Cada habitación cuenta con toallas, zapatillas, secador de pelo y productos de aseo gratuitos. Además, disponen de ventilador, plancha, enchufe junto a la mesita y una zona separada con sofá para relajarse.
Algunas estancias tienen baño privado equipado con ducha; otras comparten un baño común dentro del establecimiento. Entre las facilidades disponibles están lavandería y espacio destinado para la gestión adecuada de residuos.
El jardín invita al descanso con asientos en el patio interior y una terraza exterior donde disfrutar alrededor de una chimenea al aire libre. Los huéspedes pueden preparar sus comidas en la cocina compartida o aprovechar el área habilitada para picnic.
Para momentos lúdicos hay juegos de mesa y rompecabezas disponibles. También se organizan excursiones guiadas por senderos cercanos que permiten explorar los alrededores caminando. El alojamiento ofrece servicio de traslado así como aparcamiento privado gratuito dentro del recinto.
Con una política estricta contra el tabaco pero adaptado para familias o grupos gracias a sus espaciosas habitaciones múltiples, este lugar combina comodidad rural con acceso fácil a puntos clave alrededor de Tirana.
Habitaciones: 10¿Qué hay cerca de The house in the village?: kamping (1.46 km), Flumen Park (1.64 km), Guest House Erzeni (3.51 km), PalmaNova Resort (4.47 km), Nano Bio Farm (6.23 km),
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La casa era amplia y acogedora, situada en un pueblo precioso rodeado de naturaleza. El ambiente resultó muy relajante y tranquilo, con voluntarios amables que hicieron la estancia aún mejor. Cada noche se ofrecían comidas deliciosas, con variedad internacional y opciones veganas. Cerca había rutas de senderismo que llevaban a lugares impresionantes como la Cueva Negra y el cañón del río. El jardín parecía un pequeño paraíso lleno de árboles frutales y animales cariñosos que compartían el espacio.
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